Mirando las
estrellas en el cielo
hoy he recordado
la belleza
de tu sonrisa
incrustada
en mis labios.
Perlas carmesí
del dulce océano.
Mil leguas
por venir, perdidas lágrimas.
Un bote a
la deriva,
cuya sirena
el camino guía.
Un pequeño clavel
rojo se asoma
intentando capturar
el rocío nocturno.
Espera
diligente la mañana
en que su
sol vuelva a sus pétalos nutrir.
Mis
palabras fluyen en el viento.
Suaves
caricias viajando en la brisa.
No llores
mi hermosa musa,
pronto el
tiempo te las hará llegar.
El amor por
una cristalina rosa
dejada en
un planeta distante
para ser
cuidada por el sol.
Mi caja
roja he dejado por ti.
Todas las
noches su música te ha de arrullar.
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